lunes, 11 de mayo de 2020

Diario de una Karma Yogui 1/3

CentroAmma (BCN)



En el año 2016 tuve mi primera experiencia como karma yogui en el ashram o Centro Amma en Piera (Barcelona). Era una oportunidad que se me presentaba y la quería vivir intensamente.  
Recuerdo que escribí un diario de lo que me ocurría. En aquel momento era todo novedoso para mí y lo anotaba en una libreta. Me servía para reflexionar sobre lo aprendido y ver cuál era mi posición, o cómo estaba funcionando mi ego en una situación de disciplina máxima y de relaciones entre personas. 
Comparto el diario fielmente, tal cual lo escribí en ese momento. Sólo obviaré nombres de otras personas, situaciones y datos sensibles que pudieran comprometer a alguien, por derecho a la privacidad. De esta manera, doy a conocer el trabajo interior que se puede realizar en un ashram, y si ya conocéis como es la vida en un ashram simplemente un compartir. Espero lo disfrutéis leyendo tanto como yo lo disfruté viviendo.

Como el diario es un poco extenso, lo dividiré en tres partes, en tres posts distintos. Ahí va el primero! 

Entrar al ashram de Amma en Piera como karma yogui, significa que adquieres un compromiso con la ONG. Este compromiso consiste en colaborar mínimo un mes, en las tareas que te encomienden para el buen funcionamiento del ashram. Eso significa asistir a las prácticas espirituales de la mañana y de la tarde, ser puntual en los horarios de comidas, vestir de forma adecuada al lugar y realizar las horas de seva o voluntariado diarias que en aquel momento eran un poco más de 7 horas diarias. 

Para descansar una tarde libre a la semana, que si lo acumulas durante dos semanas puedes coger un día entero libre. A pesar del horario apretado, estaba feliz de estar allí y decidida a dar lo máximo de mí para aprender todo lo que pudiera de esa experiencia.

25/4/2016 Durante la primera semana de mi estancia en el ashram ocurrieron varias cosas; adelanté el reloj 5 minutos para no llegar tarde sobre todo, a las prácticas espirituales de las 6:00 de la mañana que empezaban puntualmente. Aunque no tenía problemas para levantarme era necesario estar alerta.
Durante 2 días vislumbré el estado de ecuanimidad.                                                    

A mediados de semana dejé de cenar, sólo tomaba un zumo de frutas, suficiente para poder dormir bien y levantarme a la mañana siguiente ligera. Esta rutina la repetí todos los días a las ocho de la noche. 
Me di cuenta de que era posible, combinar el horario de karma yogui con los estudios universitarios a distancia de Psicología que en ese momento estaba cursando. Eso sí, requería de una gran disciplina diaria y saltarme algún bhajan (cantos devocionales) por la tarde, especialmente, en fechas de entregas de la Universidad.

1/5/16 Era el día de la Madre y allí estaba para celebrarlo con Ella, mi madre espiritual. Me sentía dichosa.
La segunda semana empezaba fuerte. Acumulando las dos semanas, tenía un día entero libre así que lo aproveché para hacer tareas personales. Me habían llamado para hacer un curso y no podía negarme, así que salí del ashram después de la archana, a ver qué podía hacer. 

El curso me ocupaba dos tardes a la semana,  se lo comenté al responsable del ashram a ver si era posible combinar ambas cosas para no tener que marcharme. Dijo que lo estudiaría, realizar el curso no era seguro aún ya que tenían que darme una respuesta.

El jueves de esa misma semana me confirmaron el curso y el horario. Acordamos con el responsable del ashram usar uno de los dos días de curso como día libre. El horario implicaba estar una noche fuera del ashram, ya que el curso era viernes tarde y sábados por la mañana. Curso intensivo. Se me presentaba un planning semanal en el que había de todo, y debía tener cuidado de no perderme con los estímulos externos, y a la vez saber volver a los estímulos internos.

Al volver los sábados al ashram coincidía con la celebración del satsang semanal y eso me ayudaba bastante a resituarme de nuevo.
Ese fin de semana 6-7 de Mayo tras el satsang, decidí renunciar a todos los deseos mundanos, entre ellos el sexo y se lo comenté a mi pareja para que lo supiera. No le pilló de sorpresa por que al conocernos, ya le dije que mi vida iba a ser esta, que algún día tomaría esta decisión, ese día había llegado. 

Me dijo que sí que se lo había dicho, pero que pensaba que eso sería cuando fuera casi una anciana. Fue graciosa su respuesta. Al final aceptó y dijo que estaría a mi lado. Aún así, le dije que no tenía ninguna obligación y que si quería, podía no aceptar. Contestó rotundamente un No que deseaba estar a mi lado y que trabajaría hasta trascenderlo. La renuncia se produce el domingo 8 de Mayo de 2016. Continúa vigente en la actualidad.

8 de Mayo- Empieza la tercera semana en el ashram y decido estar en silencio, me coloco el cartel de “silencio” que hay para este trabajo interno en un lugar visible y eso significa que no puedo hablar (sólo en casos excepcionales de trabajo). Los demás observan que estoy en silencio y no me hablan tampoco (sólo de trabajo).
De esta forma, evito el hablar por hablar y me adentro en mi mente desde una posición de observadora.

En estos días, el responsable del ashram viaja por un tiempo. Pero antes me deja explicado cómo hacer para hacerle llegar mi declaración de intenciones o misión dharmica a Amma. La declaración de intenciones incluye el proyecto de menosdiferencias, titulado “Un lugar seguro para mujeres refugiadas y sus hijos e hijas en una comunidad sostenible”. 

Desde aquí, aprovecho nuevamente para dar las gracias infinitas a todas las personas que colaboraron en la redacción y maquetación del proyecto, de una forma totalmente altruista. Tiempo atrás, le había pedido a Amma me ayudara a poder hacer este proyecto realidad mediante su organización humanitaria embracing the world y me contestó que me ayudaría. Que le enviara el proyecto escrito en inglés y en español.  

Continuará...

Om Namah Shivaya



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