martes, 12 de agosto de 2014

¿Intervienen las emociones en la toma de decisiones?

¿Por qué nos cuesta tanto decidir?

La siguiente foto nos servirá para comprender algunos factores que hay que tener en cuenta a la hora de decidir: 

Palabras clave: motivación, curiosidad, actitud y emoción 

Por un lado, debemos valorar si la decisión a la que nos enfrentamos nos motiva lo suficiente y/o nos suscita curiosidad, pues si no es así, no funcionará. 

La actitud positiva o negativa con la que nos enfrentamos a la decisión también cuenta, ya que ésta variará en función de nuestra experiencia anterior. 

Por ejemplo: si se trata de una oferta de trabajo de camarera y tenemos una experiencia anterior negativa de ese trabajo, nuestra actitud no será la adecuada, por tanto deberemos revisar esa experiencia negativa para poder avanzar en el futuro y poder cambiar nuestra actitud negativa a una actitud positiva. 

Si hemos tenido un mal día es mejor no tomar decisiones importantes. 

Por otro lado, retomando las emociones y según la teoría del marcador somático de Antonio Damasio (1995) si al imaginarnos en situación nos ponemos tristes o nos evocan emociones negativas, sabremos que no debemos tomar esa decisión. 

Si bien nos ocurre lo contrario, es decir, al imaginarnos en situación nos sentimos alegres o contentos ésa es la muestra de que es una decisión acertada. 

Hay decisiones que pueden arruinarnos la vida y en cambio hay otras que nos llevan por el camino de la plenitud. 

Ánimo valientes!!! 

Àngels

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