La
adolescencia y más concretamente, la adolescencia primera se caracteriza por
ser un momento vital en que se suceden multitud de cambios que afectan todos
los aspectos fundamentales de una persona.
Cambios
físicos, cognitivos, contextuales, etc... Dentro de los cambios físicos podríamos
citar algunas manifestaciones que ocurren en la pubertad; como la estirada, o
la fuerza muscular.
Por lo que respecta a los cambio cognitivos, el cerebro del adolescente experimenta cambios
importantes: en
la esfera de las neuronas, los cuerpos celulares y las dendritas no cambian
mucho en la adolescencia, pero sí que lo hacen los axones, concretamente su
mielinización.
Este proceso aumenta la velocidad
de transmisión de la información nerviosa en la corteza prefrontal y se produce
un aumento de las sinapsis en este ámbito.
Estos cambios cerebrales se han
vinculado a transformaciones en diversas áreas de la conducta. Blakemore y Choudhury (2006) apuntan a la
influencia de estos cambios en el
desarrollo de funciones ejecutivas como, por ejemplo, la atención
selectiva, la toma de decisiones o la inhibición de respuestas.
El
procesamiento de la información no es el único campo afectado por el desarrollo
cerebral. Burunat (2004) ha señalado la coincidencia entre la falta de madurez
de la corteza prefrontal y el correspondiente déficit de control inhibitorio – rasgos psicológicos de este período como la
impulsividad, el aumento de la búsqueda de estímulos o las conductas de riesgo.
También
hay diferencias respecto los adultos en la información emocional. En los
adolescentes, la actividad de la amígdala es superior a la detectada en el lóbulo
frontal, en los adultos es al revés.
Así, ahora podemos entender la mayor
visceralidad en los adolescentes, ya que la amígdala se relaciona con la emoción
y el lóbulo frontal con el razonamiento. (Moreno et al, 2009).
Necesaria Intervención escolar:
10 minutos de meditación diarios en la
escuela aportarían calma en el cerebro de los jóvenes: contribuyendo al control de la impulsividad propia de la inmadurez de la
corteza prefrontal de los adolescentes.
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